Hoy en día durante una pandemia mundial, las opciones de micro movilidad como patinetes y bicicletas eléctricas (por ejemplo) son un salvavidas para personas con pocas opciones de viaje.
El fomento del despliegue de estos vehículos versátiles permitirá que nuestro sistema de transporte se adapte, evolucione y apoye más fácilmente a los más necesitados.
Si bien los pasajeros pueden seguir siendo reacios a usar el transporte público, los patinetes y las bicicletas pueden ayudar a las personas a regresar a la vida pública.
No hay un área dedicada en los edificios para estacionar y cargar de manera segura este tipo de vehículos. La autonomía de la batería es corta, por lo que deben cargarse al menos una vez al día. Además su sistema de carga no es universal, con lo que hace que los usuarios deben llevar su propio cargador si necesitan cargar su vehículo fuera de casa.
Por eso hace falta una red equitativa de aparcamientos que protejan estos vehículos para que los usuarios no tengan miedo al vandalismo y, además, los puedan cargar mientras no hacen uso de ellos.
Ahora es el momento de dar solución a esta nueva forma de movilidad urbana que inundará nuestras calles.
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